2.4.08

CONFLICTOS POR EL AGUA

conflictos por el agua: antecedentes y prospectiva
MARIO EDGAR LÓPEZ RAMÍREZ
Guadalajara y sus conflictos por el agua: antecedentes y prospectiva
El pasado 22 de marzo se celebró el Día Internacional del Agua. Para la zona conurbada de Guadalajara, este tema de celebración mundial adquiere sus propios tintes locales. El agua se ha ido convirtiendo, paulatinamente, en un asunto central en la agenda de la ciudad, no sólo por el crecimiento exponencial y desordenado de la urbe o por el cúmulo de intereses políticos y económicos que se involucran en la asignación de las grandes obras de infraestructura hidráulica, sino porque cada vez más diversos sectores de la ciudadanía se ven envueltos en conflictos sociales que tienen relación con la deficiente gestión pública del agua. Tres casos recientes, de gran envergadura, nos refieren las particularidades conflictivas que entre los distintos niveles de gobierno de Jalisco y la sociedad tapatía se han presentado teniendo como eje al tema del agua, a decir: la construcción de la presa en Arcediano (escenario de importantes movilizaciones sociales y de una amplia cobertura mediática durante los últimos cinco años), la contaminación urbana e industrial del río Santiago (con la consecuente afectación para la salud pública de las poblaciones de Juanacatlán y El Salto, situación que se ha convertido en un verdadero clamor social), y finalmente, la destrucción de la zona de recarga de la cuenca hidrológica de Los Colomos, que incluye al río Atemajac, afluente que ha sido reducido a la categoría de canal (situación producida por los intereses de grandes compañías desarrolladoras, cuya depredación del bosque ha generado la movilización de los vecinos de las colonias de clase alta, aledañas a Los Colomos).
Ninguno de estos ejemplos es un caso menor, y los tres en su conjunto forman ya parte de la historia de los conflictos ambientales por el agua más conocidos de la zona conurbada de Guadalajara. No obstante, no son los únicos en esta historia conflictiva. En el pasado reciente, por ejemplo, el lago de Chapala concentró la atención de la ciudad, debido a sus periódicas reducciones de volumen, que colocaban al vaso lacustre en una continua crisis. Las crisis del lago de Chapala fueron la antesala de los actuales conflictos por el agua, ya que dieron origen a cierta reacción social organizada en torno a la defensa del lago. No obstante, nunca alcanzaron el grado de movilización ciudadana que actualmente se registra. Es más, es interesante documentar que, pese a seguir siendo la principal fuente de abasto de la ciudad (ya que el 70% del agua de Guadalajara depende del lago de Chapala, según cifras oficiales), las paulatinas crisis del lago se han ido desdibujando del énfasis gubernamental, del seguimiento mediático y, por lo tanto, de cierta parte de la conciencia ciudadana (¿existieron en realidad estas crisis o fue una información manejada a conveniencia?, se preguntan algunos; “no”, dicen otros, “lo que pasa es que hoy en día el agua de Chapala está siendo mejor manejada por el gobierno”). Lo cierto es que el caso del lago no ha llegado a ser tan polémico como lo son Arcediano, el río Santiago y Los Colomos; es decir, mientras más pasa el tiempo, el tono de las protestas ciudadanas por el agua en la ciudad de Guadalajara ha ido en ascenso.
Otro hecho del pasado que se suma a la lista de situaciones conflictivas es el caso del llamado crédito japonés, que hacia 1999 pretendía fundar un fondo para hacer eficiente al SIAPA, a través de la construcción y reparación de las plantas potabilizadoras, así como de la expansión del sistema de distribución relacionado con la llamada presa Calderón. En esa ocasión el conflicto se dio a nivel de la elite política. El crédito japonés generó una importante reacción en contra, contando con la oposición de varios actores políticos relevantes de Jalisco: el Partido Revolucionario Institucional, el Partido de la Revolución Democrática y lo que en ese tiempo se conocía como el “grupo universidad” (en referencia a diversos actores políticos provenientes de la Universidad de Guadalajara). Según se ha documentado, la polémica surgió debido a que el supuesto abasto de agua para la ciudad, en realidad consistía en una especie de subsidio del gobierno panista para el tratamiento de las aguas residuales producidas por las industrias (quienes no querían hacer el desembolso). El Partido Acción Nacional, por su parte, argumentó que la oposición al proyecto era simplemente una forma de golpear la imagen del gobernador. Los ciudadanos fueron básicamente espectadores de este conflicto entre la clase política, pero se puede decir que el crédito japonés es parte del antecedente directo de la situación actual, en la que el tema del abastecimiento sigue generando polémica, pero ahora con una importante presencia del interés ciudadano organizado.
Hacia el futuro próximo, y mientras los casos de Arcediano, el río Santiago y Los Colomos se van imbricando entre sí, tanto en la acción de la sociedad civil organizada como en la construcción de la conciencia ciudadana colectiva, quedan otros temas conflictivos: 1. La fuerte presión que sufre la Cuenca del Ahogado, un acuífero subterráneo de por sí contaminado y explotado, debido al brutal desarrollo inmobiliario que se está dando en Tlaquepaque y Tlajomulco, el cual está convirtiendo a esta zona en un virtual hormiguero humano, lo que representará profundos retos para la infraestructura de abastecimiento y alcantarillado (actualmente miles de casas de la zona descargan sus aguas negras a los arroyos locales) 2. La reducción del bosque de La Primavera y, por lo tanto, el impacto negativo en su función como zona de recarga de agua para la ciudad; este escenario de depredación permite preveer que La Primavera será en el futuro una especie de central park de Guadalajara, reducido a un área recreativa y no funcionando como un área de equilibrio para el ecosistema hídrico urbano. 3. Los fuertes desequilibrios en la distribución del agua para las zonas periféricas de Guadalajara, en las que, cada vez más, las colonias populares se ven desconectadas de la infraestructura pública del agua y recurren al abastecimiento por medio de pipas (quizá el agua más cara de todas) o dependen totalmente de veneros superficiales que muchas veces tienen agua contaminada, realizando acarreos y otros sistemas rudimentarios de abasto que reducen su calidad de vida.
Otros conflictos del futuro inmediato se podrán dar en función de las alzas a las tarifas, la privatización de los servicios públicos del agua, la disputa entre al agua para uso urbano y para uso industrial (que ya se premoniciona en el caso de El Salto). También es posible la ampliación de conflictos interestatales por el agua, con Guanajuato, por ejemplo, a propósito del funcionamiento de la presa El Zapotillo, situada en territorio jalisciense, sobre el cauce del río Verde, pero que abastecerá de agua a la ciudad de León. El propio lago de Chapala y la futura distribución del agua del río Lerma se mantendrán como un tema constante, ya que el lago seguirá siendo fuente de abasto de la ciudad, así lo revela la infraestructura ya instalada que será imposible desconectar de la lógica del sistema de abastecimiento.
Sin embargo, quizá el eje temático sobre los conflictos futuros por el agua en la zona conurbada de Guadalajara estará dado por un tema principal: la calidad del agua para uso doméstico. En principio porque, de llevarse a cabo la construcción de la presa en Arcediano, con los antecedentes de la contaminación del río Santiago en la conciencia pública y a pesar del complejo sistema de las dos macroplantas de tratamiento (la de Agua Prieta al norte y la de El Ahogado al sur de la ciudad) planeadas por la Comisión Estatal de Agua (CEA), así como de la participación del SIAPA en la potabilización; la duda sobre la calidad del agua que llega a las casas será un tema constante, entre otras cosas por la dificultad que representa el saneamiento del río Santiago, según lo han declarado instituciones como la Organización Panamericana de la Salud (OPS). De esta problemática futura da cuenta incluso la campaña oficial “Arcediano, un chorro de beneficios”, impulsada actualmente por la CEA, el SIAPA y el gobierno de Jalisco, en la que su principal argumento es ofrecer la garantía de que Arcediano abastecerá agua limpia a los tapatíos; es decir, la campaña busca combatir una duda ciudadana que ya se ha instalado, a decir: que Arcediano no dotará de agua segura a la población. Dicha campaña, por sí misma, implica un reconocimiento tácito de que claramente existe esta duda ciudadana.
Guadalajara, río que corre entre piedras, tal como significa su nombre, tiene un reto presente y futuro con una gestión del agua que incluya la voz de los ciudadanos y reduzca la gravedad de estos conflictos, por medio de una participación social efectiva. A fin de que ese “río que corre entre piedras” permanezca, evitando que a las generaciones futuras no les queden más que las piedras.

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