15.9.08

LA AZUCENA NUEVAMENTE SE INUNDA

La tormenta de ayer inundó nuevamente sus viviendas, situadas al margen del Santiago
Las lluvias tienen en jaque a los habitantes de La Azucena y Jardines del Castillo
Las promesas del edil y de Emilio de ayudarlos para evitar más desgracias quedaron en el olvido
JORGE COVARRUBIAS


Luego de la tormenta del domingo que inundó varias viviendas de La Azucena, sus habitantes exigen acciones a las autoridades

Una vez que el impacto mediático pasó, los habitantes de las colonias Jardines del Castillo y La Azucena, en el municipio de El Salto, vuelven a la realidad. Las cámaras de televisión, los micrófonos, las grabadoras y las cámaras fotográficas sólo estuvieron la segunda semana de julio para atestiguar el daño a viviendas que ocasionó el desbordamiento del río Santiago. ¿Qué pasó después? Nada, simple y sencillamente nada. Los afectados siguen esperando el menaje de casas que prometió el presidente municipal Joel González. Que las inmobiliarias den la cara y que se “refunda en el tambo” a los responsables de entregar los permisos de construcción.
La lluvia que cayó en la madrugada del sábado, hasta amanecer el domingo, alcanzó a inundar el interior de las viviendas, lo suficiente como para recordar en sus moradores aquella sensación de angustia que vivieron el pasado 8 de julio. La tranquilidad se fue, eso es definitivo.
“Si hubiera venido más temprano, hubiera visto a las alcantarillas que parecían fuente”, comentó a este reportero, Rubén Reyes, uno de los vecinos que tiene su casa en la última línea del fraccionamiento, la que está frente al lecho del río, donde cayó hace meses el niño Miguel Angel López Rocha, mientras jugaba con algunos de sus amigos, esquivando los hoyos y cerros de arena que dejaron los desarrolladores.
Al mediodía, las alcantarillas seguían descargando al lecho el agua acumulada por la lluvia. Reyes advirtió entonces huecos en el pavimento, socavones de medio metro que le hacen pensar que por ahí abajo sigue corriendo el agua.
Con un rostro afligido observa el lecho del río, donde alguna ocasión los desarrolladores le dijeron que emplearían ese espacio para esparcimiento de los niños.
“Seguramente iba a ser un parque acuático”, dice con ironía.
Al enterarse de la presencia de este reportero en la colonia, poco a poco se van reuniendo los vecinos y comienzan a platicar entre ellos. Sus experiencias son amargas y todas apuntan a una serie de abusos y engaños de los fraccionadores y complicidad de las autoridades.
Los mismo relatos que La Jornada Jalisco ha documentado desde la muerte del niño Miguel Angel vuelven a escucharse.
Una señora de cabello rubio le comentaba a otra mujer de piel morena, que el presidente del municipio había prometido solicitarle al Infonavit (Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores) una suspensión del descuento que se hace de la nómina para pagar las casas, y resultó que no hizo nada. Que incluso la institución amenazó a los afectados con retirarles el crédito si se les ocurría demandar a la inmobiliaria.
“Vinieron como el jueves y salieron con otra, que iban a arreglar nomás ellos puras puertas y las ventanas y todo eso, que ellos no se iban a hacer cargo de nada. Que el seguro no iba a pagar bardas, no han arreglado nada”, refirió Reyes ilustrando la descompostura de la puerta de su casa, y las cuarteaduras de muros.
De aquella visita que hizo el primer edil el 8 de julio, y el sobrevuelo en avión del gobernador no se observa ninguna acción tangible. El mandatario por la mañana se divertía desde el palco del Palacio de Gobierno observando un desfile de charros y a Joel González, se le ve más preocupado por las presiones políticas que ha recibido de parte de sus propios compañeros de partido (PRI) para dejar por la paz el tema de la detención de Raúl Muñoz Delgadillo, presidente del Comité de Defensa Ambiental de El Salto.
En la conversación entre vecinos salen a flote diversas irregularidades; llegó algo de menaje, pero no era para ellos, sino para vecinos que habitan al centro de la colonia, donde el agua no alcanzó a inundar las viviendas. ¿Y por qué aquí? Porque en esa zona habita doña Chayo, una señora que trabaja en la Dirección de Promoción Social del Ayuntamiento y que se hace llamar la representante del comité vecinal.
Cada esfuerzo de organización para hacer valer sus derechos, es desbaratado por esta persona, aseguran los afectados. Otra de las razones por las que el menaje no se entregó, es porque los burócratas de la dependencia, les exigían las facturas de sus productos, y que los tuvieran a la mano para constatar la pérdida. Requisito imposible de cumplir porque el mobiliario se desechó a petición de las autoridades de salud.
Mientras conversan, una patrulla del municipio, parecida a la que detuvo a Muñoz Delgadillo, atraviesa la calle, y su presencia da pie para cuestionar la seguridad.
Hace un par de semanas que descalabraron a un señor con una piedra y llegó moribundo a su hogar. Los vecinos llamaron a una patrulla por más de una hora y nunca se presentó.
Para cuidar a la población está colmillos, un perro callejero que adoptaron, en el que confían más que en los propios elementos. Por sus ladridos se dan cuenta de la presencia de “vagos”, “drogadictos” o gente que puede poner en riesgo su seguridad.
“El otro día le dije al comandante que nos cuida más el perro que él y se enojó, pero es la verdad, ni teléfonos públicos tenemos para un caso de emergencia”, lamenta una de las afectadas.
Diez minutos después aparece una camioneta de Simapes (Sistema de Agua Potable Municipal) de cuyo vehículo desciende un funcionario para observar las alcantarillas. No se le había visto por ahí desde hace días. A las 13 horas el cielo vuelve a nublarse, y los vecinos no pueden ocultar su desazón; consideran una lluvia como la del sábado por varios días más, provocará el desbordamiento del río.
Enterado de esta situación, Raúl Muñoz Delgadillo ha comenzado a recolectar firmas entre los habitantes para solicitar un peritaje a las viviendas y demandar por la vía penal a las constructoras.
Mientras los vecinos planean cómo organizarse, en el acceso al fraccionamiento llegan nuevas familias a visitar la casa modelo que tiene la constructora Sare en exhibición, muy distinta a las que se caen a pedazos en la última línea. ¿Se repetirá la historia?

2 comentarios:

i dijo...

Que desorden y falta de planeacion por parte de las constructoras ya que sabiendo que las casas estan tan cerca del rio Santiago que esta super contaminado no se hayan percatado que las lluvias constantes en Jalisco pudieran desbaratar las casitas de los habitantes del area. Un error mas del gobierno contra los ciudadanos que siguen pagando las penosas consecuencias.

Anónimo dijo...

yo vivi ahi pero n aguante los nauseabudos olores y las enfermedades q estos mismos me causaban no es digno vivir asi es desgastante.........