27.5.09

Es “el que más denuncias ha tenido” en materia administrativa, dice la procuraduría estatal

Proepa emplazó a El Edén, pero no por contaminar

La dependencia le pasa la bolita a la Conagua sobre las descargas al Santiago.
El único espacios recreativo de los niños de Cantarranas está a unos metros de la descarga de sangre.
El único espacios recreativo de los niños de Cantarranas está a unos metros de la descarga de sangre. Foto: Giorgio Viera

Mientras que los vecinos del barrio Cantarranas de Puente Grande mostraron a la prensa la enorme descarga de sangre que supuestamente es producida por el rastro porcícola de El Edén, y el Ayuntamiento de Tonalá se prepara para clausurar el recinto por violar normas ambientales, la Procuraduría Estatal del Medio Ambiente (Proepa) señala que ha “emplazado” a esta empresa pero no por contaminación, sino por la falta de “trámites administrativos”.

Este rastro es señalado por decenas de habitantes del barrio de Cantarranas, en Puente Grande, como causante de una descarga de sangre que todas las noches baña a esta colonia y cae al río Santiago, lo que fue documentado por este diario. De hecho, el Ayuntamiento de Tonalá ha infraccionado varias veces a esa empresa y es posible que hoy la clausure si no pone en funcionamiento una planta para tratar sus residuos (Público, 26 de mayo de 2009).

El director del área de Procesos de la Transformación de la Proepa, Rafael González, afirmó que El Edén es el rastro “que más denuncias ha tenido. Se encuentra emplazado, se le notificó el 22 de junio de 2008” porque, por una parte, “a la hora de hacer el acta de inspección, no tenían licencia de funcionamiento en materia atmosférica, como medida técnica se le solicitó tramitar esa licencia. En materia de residuos, genera 2,500 kilos por semana que son recolectados por la empresa Harinas y Grasas de Occidente, y se le dictó como medida técnica tramitar el manifiesto como generadores de residuos de manejo especial de acuerdo con la ley integral de residuos”, es decir, la empresa debe explicar cómo maneja estos residuos hasta su destrucción final.

Respecto con el manejo del agua, el rastro “cuenta con un sistema de fosas para separar los sólidos, nos manifiestan que no tenían descargas a la red municipal. Le preguntamos entonces qué hacen con esas aguas, y dijeron que la disponen a terrenos de cultivos. Se encontró que no tienen autorización por parte de Conagua [Comisión Nacional del Agua] en aprovechamiento de agua, entonces se recomendó realizar un análisis de agua para verificar que dichas descargas cumplen con la normativa”, pero la empresa aún no lo ha entregado.

Básicamente, la Proepa, la encargada de velar por la protección del medio ambiental estatal, no ha impuesto sanciones a este rastro por contaminar, pues los “problemas” detectados “son de trámites administrativos”, como el manifiesto de generador de residuos o la licencia de funcionamiento en materia atmosférica.

Rafael González explicó que la Proepa vigila y sanciona los casos de emisiones atmosféricas o incumplimientos en el manejo de residuos, pero las descargas de contaminantes a ríos corresponden a la Conagua.

La Conagua aún no ha dado respuesta a una solicitud de entrevista planteada sobre las descargas de contaminantes a ríos. Mientras tanto, los centenares de pobladores de Puente Grande seguirán aguantando la pestilencia, el acoso de millones de zancudos, los constantes ataques de dermatitis y enfermedades respiratorias y el fantasma del cáncer, misma situación que viven miles de habitantes de El Salto y Juanacatlán.

Guadalajara. Jesús Estrada Cortes

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