14.5.09

Porcicultores no cumplen con normas ambientales: Seder

“Falta cultura, normas, sanciones y endurecer lo que está establece la ley”.
La Sagarpa asegura que todas las granjas cumplen las normas, pero el gobierno estatal dice que la mayoría no.
La Sagarpa asegura que todas las granjas cumplen las normas, pero el gobierno estatal dice que la mayoría no. Foto: AP

La epidemia del virus de influenza A-H1N1 en México ha puesto en la mesa de debate la depredación del medio ambiente causada por los modelos de producción de la carne de cerdo, y en Jalisco una buena cantidad de empresas porcícolas no cumplen con las normas ambientales sobre el tratamiento de los desechos que generan, siendo aún “tarea pendiente”, admitió el secretario de Desarrollo Rural, Álvaro García Chávez.

Aunque los cuestionamientos sobre el cumplimiento de la normas ambientales por parte de porcicultores se han centrado en la región de Perote, en Veracruz, donde se presume que estalló el problema sanitario, en la zona donde está asentada la granja de una de las mayores transnacionales del ramo, desde hace años organizaciones y habitantes de la región de El Salto se han quejado por los altos niveles de contaminación que genera esta industria, algo que incluso quedó constatado en un estudio que hizo la Comisión Estatal de Aguas y Saneamientos (ahora CEA).

Sin embargo, en los tiempos actuales, cuando la desconfianza de la población ha llevado a una baja en el consumo de carne de cerdo, al creer erróneamente que el A-H1N1 se puede transmitir por comer este alimento, algunas autoridades, como la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), niegan que la porcicultura sea responsable del deterioro medioambiental, otras, como la Seder, matizan la situación afirmando que si bien no todas las granjas cumplen con las normas, muchas están haciendo esfuerzos para cumplir.

Al preguntarle al delegado en Jalisco de la Sagarpa, José Trinidad Muñoz Pérez, si considera que el actual contexto es adecuado para que las autoridades establezcan políticas públicas que permitan a las granjas cumplir las normas y limpiar su cuestionada imagen en términos de medio ambiente, dijo que “todas las empresas porcícolas están trabajando de la mano con la Secretaría de Medio Ambiente estatal, que es la parte relacionada de regulación normativa, así que consideramos que todas están cumpliendo […] hasta ahora no tenemos conocimiento de que alguna granja de Jalisco haya sido clausurada, todas están cumpliendo”.

Al recordarle el estudio del CEA, del año 2006, que apuntó directamente a descargas al río Santiago con “toxicidad aguda elevada” de la granja porcícola Genpro y que identificó a la producción de cerdos como una de las actividades que genera los mayores problemas de contaminación en esa cuenca, el funcionario dijo que “ahí se abocó la ayuda no solamente de técnicos sino también con recursos [del gobierno federal] y todas esas granjas revirtieron esa tendencia que se estaba dando”.

Por su parte, Álvaro García Chávez dijo que hay que separar dos aspectos. Uno es que “la sanidad” en el tratamiento de los animales dentro de las granjas y de los rastros cumple los más altos estándares de calidad nacional e internacional, al incluso estar certificados por países como Estados Unidos y Japón.

“La otra parte que no podemos mentir […] son los desechos de las granjas, el estiércol, y no todas cuentan en este momento con un biodigestor [depósito de estiércoles donde se puede producir composta], no todas cuentan con una fosa que cumpla con lo que marca la norma. Ahí es donde queda una tarea pendiente muy grande donde tendremos que entrarle muy duro con apoyos para que cada gota de líquido de desechos de las granjas puedan cumplir con la norma”.

Calculó que sólo dos granjas, cuyos 45 mil vientres representan casi la mitad de la producción total de Jalisco, “pueden cumplir con toda la normativa”. Afirmó que las granjas más pequeñas son las que menos cumplen.

Pero agregó que la depredación ambiental no sólo corresponde a la porcicultura, sino a las descargas de aguas residuales y los “establos ganaderos, vayan nada más a la presa Calderón y vean engordas de cuatro o cinco mil toros y todos los escurrimientos van a dar a la presa. No es exclusivamente del cerdo, es una falta de cultura, de normativa, de sanciones, de endurecer lo que está establecido en la ley”.

Afirmó que a la Seder y al gobierno federal les “toca apoyar” con recursos para que las granjas instalen biodigestores.

Guadalajara. Jesús EStrada Cortes

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