30.6.09

Ganará la primera minoría

El próximo domingo se abrirán las urnas electorales que arrojarán la nueva composición de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, del Congreso de Jalisco y se formarán nuevos ayuntamientos. A sólo unos días ya tenemos resultados concluyentes: la mayor parte de los ciudadanos no votarán; un porcentaje que puede llegar a 7% anulará su voto. A partir de esa realidad, la nueva mayoría ciudadana no responderá al llamado de los partidos políticos, por lo cual, los que se declaren triunfadores serán minorías.

El partido que gane la elección de diputados federales, en realidad será la primera minoría. Una minoría subsidiada, con muchos privilegios, poco transparente; la acompañarán otras minorías sostenidas también por el gasto público. La mayoría no tiene subsidios, al contrario, trabaja para pagar los impuestos que permiten que la minoría detente el poder y los privilegios; está harta del espectáculo de bajas ambiciones insatisfechas que han dado las minorías, que además no rinden cuentas a la mayoría.

La democracia representativa se revela en crisis cuando los partidos dejan de representar el interés de los ciudadanos, como es el caso que vivimos en este proceso electoral. El resultado previo es contundente, gane quien gane la primera minoría, todos los partidos habrán perdido representatividad, legitimidad real y se han ganado el rechazo de un amplio, muy amplio sector de la población.

El grado de corrupción que la sociedad mexicana vive en la actualidad complica aún más el panorama, porque muchos de los ganadores están tocados, o en la mira de intereses que nada tienen que ver con las aspiraciones de las comunidades. Así que en muchas zonas del país habrán ganado minorías infiltradas o comprometidas con la ilegalidad, éste es un resultado que está a la vista.

Al ver esto, la cuestión que se plantean muchos ciudadanos es si en realidad vale la pena votar el próximo domingo. La respuesta cívica inmediata es que la democracia necesita de la participación, y por tanto es deseable que todos votemos. La siguiente cuestión para quienes decidan ir a las urnas es ¿por quién votar? Hay dos opciones abiertas: por un partido político, o sumarse al movimiento para anular el voto como muestra de rechazo. Cualesquiera que sea la decisión, lo más importante es votar y expresarse con vigor. Pasarán tres largos años para tener la oportunidad de gritar con un voto en la mano nuestro veredicto.

En cuanto a los resultados que obtendrán los partidos, es decir las minorías, parece claro que el Revolucionario Institucional (PRI) será primera minoría en la Cámara de Diputados federal, que Acción Nacional (PAN) será mayoría en la local y que tendremos una lucha muy cerrada en muchos municipios, incluyendo los de la zona metropolitana. En muchas zonas no hay ventajas claras, y por ende la elección se decidirá el domingo.

Triunfos de minoría que van a necesitar de las mayorías para legitimarse, es lo que nos espera. La legitimación sólo se dará mediante un profundo cambio en el sistema político, ése es el gran mandato de la mayoría de los votantes; abstencionistas y anuladores. La sentencia está dada.

LUIS SALOMÓN / Doctor en Derecho.

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