2.9.09

Desde hace tres años se han incrementado los padecimientos en los pobladores

Agua contaminada afecta a Huaxtla, San Lorenzo y Milpillas

Autoridades controlarían los lixiviados de Picachos; faltaría meter en orden a Hasar's

MAURICIO FERRER

Paso de lixiviados del vertedero Picachos al arroyo Milpillas
Paso de lixiviados del vertedero Picachos al arroyo Milpillas Foto: FOTO ARTURO CAMPOS CEDILLO

Desde hace tres años, enfermedades de las vías respiratorias, gastrointestinales, alergias en la piel, e incluso ceguera, son moradores comunes de las poblaciones de Huaxtla, San Lorenzo y Milpillas, a unos 40 minutos de Zapopan, al norte de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

Los tres poblados, que acumulan en su totalidad poco más de mil habitantes, han visto un aumento en los padecimientos mencionados hace un trienio. Eso, en los humanos. Los animales, algunos, han muerto por tomar agua de una consistencia asquerosa tanto en olor como en color. Sus pobladores señalan que los males se deben a los ríos de lixiviados que los vertederos Picachos –gestionado por el Ayuntamiento de Zapopan– y Hasar’s –de tipo privado–, vierten a los arroyos de agua cristalina que bajan de la Sierra de Picachos, pasa por las comunidades y no para hasta llegar al río Lerma.

Los niños y los ancianos de estas comunidades son los que más se enferman. Y cuando eso pasa, a veces “no alcanza ni pa’la medecina”, asegura Martín Castro Robles, un hombre de unos 40 años, alto, de bigote, tez morena clara, con vestimenta de campesino, parado sobre una montaña del tiradero Picachos. Y desde ahí, señala un punto, el que une a dos tipos de agua: una transparente que baja de una sierra boscosa de encino y otra que va del marrón al verde y que se desliza entre bolsas de plástico, llantas, pañales, restos de comida, de jabón, de ropa y de todo tipo de basura.

Cada día, en Picachos –ubicado sobre el kilómetro 15.5 de la carretera a Colotlán–, mil 300 toneladas de basura se apilan sobre las 16 hectáreas de extensión que conforman el basurero, según el director de Protección al Ambiente de Zapopan, Julio Vizcaíno.

“Municipio Limpio”, reza en un camión bicolor –verde y blanco– del ayuntamiento zapopano. Al leer el letrero, viajando en la caja de una camioneta de redilas, los hombres de sombrero sueltan una carcajada: “municipio limpio, ¿a costa de quién?”, cuestiona uno. Es la risa ante la tragedia, ante un olor nauseabundo que se extiende a kilómetros del vertedero.

Por las tardes, “cuando baja la sombra”, como a eso de las 6 de la tarde, el olor pica en la nariz, provoca lloriqueo en los ojos…es “hostigoso”, relata Martín.

Cuando el “hostigamiento” del olor fue más allá de una simple picazón en el rostro, los habitantes de Huaxtla se dieron cuenta que el arroyo color ocre de lixiviados pasaba a 50 metros de un manantial del cual tomaban agua. Y que los mismos líquidos color a tierra pasaban en medio de Huaxtla y San Lorenzo. Y que no sólo esos dos rincones de la Tierra padecían el paso de los lixiviados, que también Milpillas. Y de ahí, los tres poblados se juntaron, se asesoraron con organizaciones ambientalistas de El Salto –municipio altamente contaminado por el río Santiago, en la ZMG–, y emprendieron una batalla.

El jueves pasado lograron que la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa) clausurara Picachos por 24 horas. Pero se volvió a abrir ante la insistencia de Zapopan y de la promesa de resarcir los daños. Proepa dio un plazo al municipio: a más tardar en octubre no debe de haber más escurrimientos de lixiviados en Picachos.

Julio Vizcaíno aseguró ayer que, a más tardar, el 28 de este mes, no habrá más lixiviados que salgan de Picachos. Por Hasar’s no responde.

Ante el sol de las 2 de la tarde, se extiende una gran montaña de basura y un tractor que remueve la misma, un olor que provoca ganas de soltar el vómito. El funcionario detalló que el gran cerro de residuos, banquete para moscas y terreno de exploración para pepenadores, será cubierto, lo que evitará que, con el agua, el juguito que suelta la basura se deslice hacia un canal que va a dar al arroyo de agua limpia, a Huaxtla, San Lorenzo, Milpillas y que tiene, como destino final, el río Lerma.

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