10.9.09

Enferma atestiguó alto número de casos

“Cuando ves la magnitud de esto, te asustas”

Susana pasó casi cuatro días en el Hospital Civil por dengue hemorrágico

El 26 de agosto, Susana Hernández fue internada de emergencia en el Servicio de Epidemiología del Hospital Civil de Guadalajara. El lugar estaba al tope. Trece camas, todas con pacientes con dengue hemorrágico. A ella la acomodaron en un privado que estaba desocupado y se llenó al instante con cinco enfermos.

El viernes anterior, Susana pidió a su esposo retirarse de una reunión familiar “porque todo el cuerpo me dolía, me sentía muy mal”. El dolor se focalizó en cabeza y ojos. “Tuve escalofríos y muchísima temperatura”. La fiebre alcanzó 40 grados. “Quédate mucho rato en el agua de la regadera y no dejes tu paracetamol”, le indicó el médico particular que la atendió el lunes y le diagnosticó dengue. Aun así, le prescribió un antibiótico (Ciprofloxacina) y un antiviral (Aciclovir).

“Empecé a sentir muchas náuseas, nada se me quedaba en el estómago, ni agua, y me pusieron un suero que no aguanté ni una hora. ‘Me voy a morir’, le dije a mi mamá”, relata Susana, vecina de Residencial La Soledad, en Tlaquepaque. La llevaron al Hospital Civil. Ahí “me tomaron una muestra de sangre, me hicieron un cuestionario, me revisó un doctor y me encontró manchitas en el cuello”, describe. Ella se acurrucó en las sillas a esperar el resultado. En una hora el médico salió y le dijo que debían internarla. El jueves le aparecieron las diminutas manchitas rojo-violáceas en brazos y piernas, con un dolor ardoroso (las petequias son un signo de la fiebre hemorrágica por dengue).

“Sentía el cuerpo como si estuviera toda moreteada, no quería ni que mi mamá me recogiera el pelo”, narra. Sus vecinos de cuarto estaban peor. “Un muchacho vomitaba sangre… a otra joven la transfundieron, estaba muriéndose”. Susana también da fe de la fumigación del lugar.

De todo el cuadro, lo que sorprendió más a esta profesionista de 38 años, madre de tres hijos, fue saber, por boca de la responsable, que ese día habían tomado muestras de sangre a 75 probables enfermos de dengue, además de las tomadas a los hospitalizados. “Cuando empiezas a ver la magnitud de esto, te asustas”, sostiene.

Susana egresó el sábado 29 de agosto. “Mi respeto para las atenciones y el trato que nos dieron”, agradece. Aún convaleciente, comparte su vivencia para alertar sobre la epidemia que está cundiendo por la zona metropolitana. “Sólo en mi cuadra vamos seis casos confirmados y no estamos en las colonias prioritarias”, dice, repitiendo lo que el brigadista le indicó hasta este martes, cuando la Secretaría de Salud (SSJ) se presentó a fumigar su casa y las contiguas. Ni una más, porque “lo grave está del otro lado”, le indicó el joven de la motomochila.

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