17.8.10

Desertificación, uno de los desafíos de la humanidad


De acuerdo a los últimos datos entregados por la Convencion de las Naciones Unidas para el combate de la desertificación, una de cada tres personas en el mundo viven en tierras secas o áridas amenazadas por la desertificación, una situación que se extiende por todos los continentes.

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Las tierras secas con lluvias escasas e irregulares ocupan más del 40% de la superficie del planeta - AP

Las tierras secas, que abarcan desde desiertos a zonas semiáridas y subhúmedas, con lluvias escasas e irregulares, ocupan más del 40% de la superficie del planeta.


La degradación de esas tierras representa un problema a gran escala con consecuencias económicas, sociales y ambientales en el mundo, lo que llevó a la ONU a lanzar la década de lucha contra la desertificación, en la ciudad de Fortaleza, Brasil.


En África la desertificación tiene su mayor impacto, dos terceras partes de la tierra padecen los efectos de las sequías. El 65% del suelo agrícola de África y muchas de sus praderas están degradadas por la la erosión o la utilización de químicos, lo que agrava la pobreza y dificulta la subsistencia de los seres humanos.


America Latina y el Caribe tienen una cuarta parte de sus tierras desérticas. En la costa del Pacífico, las tierras áridas van desde el sur de Ecuador y Perú hasta el norte de Chile. Otras regiónes con el mismo problema son la del Chaco paraguayo y la Patagonia argentina, Brasil y México.


En República Dominicana, Cuba, Haití y Jamaica numerosas islas sufren erosión y falta de agua.


En Asia, 17 millones de km2 son tierras áridas y subhúmedas. Incluyen los desiertos progresivos de China, India, Irán, Mongolia y Pakistán, las dunas de arena de Siria, las montañas de Nepal, y los altiplanos de Laos.


En China, un 27% de las tierras están desertificadas y cada año esa superficie aumenta.


Buena parte del Mediterráneo Norte padece sequías estacionales y un régimen de lluvias muy variable, con densidades de población elevadas, alta concentración industrial y agricultura intensiva. La degradación de las tierras suele estar vinculada a prácticas agrícolas o pecuarias deficientes, sequías, crecidas e incendios forestales.


En Europa Central y Oriental, el mal uso y la contaminación química contribuyen al agotamiento de los acuíferos. La deforestación por la contaminación y los incendios forestales son también un problema.


Esta realidad podría complicarse aún más para los millones de seres humanos que padecen los efectos de las sequías. Mientras algunos expertos continúan discutiendo si es el hombre es el causante del cambio climático o se trata de un ciclo natural, los efectos son cada vez más visibles.

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