1.6.12

TRANSPARENCIA...


Contaminación real del río Santiago se ocultó, revelan

Cd. y Región •
Greenpeace obtuvo estudio oficial que indica que hay cientos de sustancias tóxicas en el agua que ponen en riesgo a las poblaciones ubicadas en la cuenca.
Guadalajara • Fue necesario un procedimiento de transparencia ante el Instituto Federal de Acceso a la Información (Ifai), para que se revelara el estudio de los daños del sector industrial del sur de Guadalajara sobre las aguas del río Santiago, denunció ayer Gustavo Ampugnani, director de campañas de Greenpeace México.
En conferencia de prensa, acompañado de representantes del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec) y la agrupación Un Salto de Vida AC, el activista denunció que, por más de un año, diversas autoridades ocultaron “información crítica sobre el estado real de la cuenca del río Santiago, en Jalisco, donde reconocen la existencia de cientos de sustancias tóxicas, en su mayoría generadas por la industria, y admiten que esta contaminación pone en riesgo a las poblaciones locales”.
Greenpeace obtuvo el documento denominado Actualización del estudio de Calidad del agua del Río Santiago, desde su nacimiento en el lago de Chapala hasta la presa Santa Rosa, tercera etapa. La investigación fue realizada entre 2009 y 2011 por personal del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
Entre las evidencias, se encontró la presencia de 1,090 sustancias químicas, sobre todo los llamados compuestos orgánicos semivolátiles y volátiles: “Algunas de estas sustancias son altamente tóxicas, como los ftalatos [disruptores hormonales], fenoles [compuestos que afectan el desarrollo neuronal], el tolueno [cancerígeno] y retardantes de flama [cancerígenos y disruptores hormonales], entre otros”.
El IMTA analizó cientos de muestras de laboratorio provenientes del río y de descargas municipales e industriales de la zona. También realizó un análisis de riesgos para las poblaciones locales.
“Las autoridades estaban enteradas de la contaminación y de las afectaciones generadas por este desastre ambiental en la cuenca y escondieron esta información. Sabían que hay cientos de tóxicos en el río y quiénes son los contaminadores que descargan en la cuenca. Además, sabían que la gente está en una situación de riesgo permanente y no hicieron nada para remediarlo. Este estudio demuestra que las autoridades nos han mentido, que no les preocupa la salud de las poblaciones y que las acciones de remediación que están desarrollando no están a la altura del problema”, denunció Enrique Enciso Rivera, de Un Salto de Vida AC.
El estudio del IMTA señala que la mayoría de las sustancias químicas encontradas son de origen industrial: “En general, se concluye que las descargas industriales resultaron más contaminantes que las descargas municipales, ya que de 87 a 94 por ciento de las industrias incumplen en al menos uno de los parámetros de la NOM 001-SEMARNAT-1996”.
Para evitar entregar el estudio a la opinión pública, el IMTA “argumentó a Greenpeace que divulgar la investigación provocaría, por sí mismo, una ventaja competitiva frente a terceros, en virtud de que estarían en posición de conocer tanto sus propios agentes contaminantes, como los del resto de sus competidores y, por otro lado, esta información les permitiría denunciar a las otras personas y al mismo tiempo corregir o modificar los contaminantes que estuvieran vertiendo los otros sujetos”.
Así, “las autoridades prefieren resguardar la información [...] para proteger y dar licencia a los contaminadores, en lugar de reconocer e informar los graves riesgos a los que están expuestas las poblaciones día con día y actuar de inmediato para resolver este conflicto socioambiental”, señaló por su parte María González Valencia, directora del Imdec.
Claves
Otros datos

► El estudio del IMTA se realizó con dinero público, ocultar los resultados a la población es una clara violación del artículo 4 constitucional y de los derechos humanos de los habitantes de la cuenca, destacan los quejosos.
► Solamente están regulados una docena de contaminantes por la NOM 001, mientras cientos más no tienen la menor regulación, demuestra el documento del IMTA.
► Greenpeace exige una política de ríos limpios para 2020, que incluye: cero descargas de sustancias tóxicas, un sistema obligatorio y transparente de Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC), la ampliación de las sustancias tóxicas reguladas por la NOM 001, la NOM 002 y el RETC, mayores controles a las descargas industriales a aguas nacionales y municipales para prevenir la contaminación, y sanciones relacionadas al daño generado aplicando el principio de que “el que contamina, paga”.

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