29.5.13

PELIGROSA PESCA...

Peligrosa pesca en la presa de Las Pintas
UN JOVEN esperaba una buena venta del pescado que llevaría a vender al tianguis de la zona: la pieza grande a 10 y las más chicas a cinco. Foto: Agapito Espinoza Zambrano

Francisco Aguiar Barajas



Se cuentan por decenas de miles los peces que se dejan llevar por la corriente de las pestilentes aguas de la presa Las Pintas, carpas la mayoría. Chicos y grandes van en busca de unos pescados para llevar a casa o venderlos en el tianguis que se instala en las cercanías. Lo grave es que estos pescados pueden traer graves consecuencias de salud para quienes los consumen.

Para Mario, un rapaz de 11 años, no es problema atraparlos, lo hace con ambas manos y los deposita en un balde, que luce repleto de pescados de todos tamaños: "Hoy vamos a comer sabroso -dice-, porque mi mamá los prepara muy bien", señala mientras intenta inútilmente contarlos.

Otros muestran las piezas que han cobrado en bolsas de plástico. La pesca resulta no sólo divertida, sino una novedad para la mayoría de los pequeños que caminan por las contaminadas aguas del canal en busca de presas, la talla es lo que menos importa. Chicos y grandes, los pescados salen a la superficie en busca de aire limpio, por la simple razón de que las aguas están altamente contaminadas, con materiales pesados y residuos industriales, que les obliga a buscar en la superficie bocanadas de oxígeno.

La aparición repentina de miles de peces se dio después de que trabajadores del SIAPA abrieron las compuertas por donde circulan dejándose llevar por la corriente. Un vecino asegura que hubo "siembra" de varias especies, lo que no pudo garantizar es que puedan comerse sin el riesgo de sufrir algún problema de salud. "La necesidad lleva a estos niños a llevar algo a casa, aún con el riesgo de que pueda enfermarse algún miembro de su familia", comenta un hombre que observa a lo lejos el entusiasmo de la chiquillería.

Un joven cuya edad oscila entre los 25 y los 30 años, explica que espera una buena venta del pescado que llevará a vender al tianguis de la zona. Se niega a revelar su nombre, sin embargo a insistencia nuestra, comenta que planea vender la pieza grande a diez pesos cada una y las más chicas a cinco.

Ninguna autoridad pone orden a la pesca, cuyas piezas pueden causar algún mal a quien las consume. Los chicos se divierten y los grandes han encontrado ahí, un medio de sustento.

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