4.1.14

BASURA SIN CONTROL...

Guadalajara, sin claridad sobre avances en control de la basura

Muchos ciudadanos se desalientan al separar la basura porque los empleados recolectores la revuelven cuando se la llevan.

  • La generación de desechos crece más que la población
  • A los vertederos de la ZMG les quedan sólo cuatro años de vida útil, según las autoridades estatales
  • El municipio calcula hoy que 10% de las colonias separa sus residuos, aunque llegó a asegurar que era 30%
GUADALAJARA, JALISCO (04/ENE/2014).- Separar la basura es una obligación prevista en la ley desde que en 2008 Jalisco asumió nuevos compromisos para todos sus municipios, pero la cantidad de localidades que cumplen es mínima. Y Guadalajara, que este mes relanzará nuevamente su campaña para convencer a los ciudadanos de que cumplan, ni siquiera tiene claridad respecto al porcentaje de separación de residuos sólidos urbanos en el municipio.

Los últimos tres funcionarios encargados del programa de separación de basura han ofrecido cifras contrastantes. El 3 de enero de 2012, Magdalena Ruiz Mejía, ahora secretaria de Medio Ambiente estatal, dijo que la separación alcanzaba apenas 7% de la basura recolectada en la ciudad. Lo declaraba en el contexto del reconocimiento de las múltiples deudas que los municipios jaliscienses tienen con esta actividad.

Un año después, el 3 de enero de 2013, otro funcionario de Guadalajara, José Ignacio López Varela, afirmó que la separación de basura en el municipio había llegado a 30%; el gran brinco de un año otro habría sido ya notable por sí mismo, y por eso contrasta la cifra que ayer ofreció el actual secretario de Medio Ambiente y Ecología del municipio, Juan Carlos Vázquez Becerra, quien dice que apenas 10% de las colonias —30 de 360— cumplen con esta obligación.

Todavía hubo otra cifra que abonaba a las dudas. El 31 de mayo de 2013, el mismo Juan Carlos Vázquez Becerra y Carlos Fernando Moreno, director de Prevención y Control Ambiental del municipio, explicaban que, de las dos mil toneladas diarias de basura que generan los habitantes de Guadalajara —casi un kilo diario por persona—, sólo 5% es entregada clasificada.

La relación de los tapatíos y de los jaliscienses en general con la basura es, sin embargo, un tema que tiene más matices preocupantes. Por ejemplo, Magdalena Ruiz Mejía advertía a principios del año pasado —EL INFORMADOR, 07/ENE/2013) que a los tiraderos tapatíos les quedaban sólo cinco años de vida útil (es decir, ahora son cuatro años), lo que supone la urgencia de buscar predios adecuados para prepararlos con tiempo. Entre otras cosas, deben estar lejos de zonas pobladas, lo cual será un problema para una zona metropolitana en constante expansión.

El académico Gerardo Bernache Pérez, académico del Ciesas Occidente, ha advertido que la generación de basura podría crecer a una tasa máxima de 4% anual en la ZMG, otro factor que se antoja preocupante: la población de la ciudad crece a un ritmo de sólo 1.72% anual.

Y por supuesto, otro problema largamente discutido por autoridades y especialistas es la falta de recursos para resolver de manera expedita el conflicto. El mismo Gerardo Bernache ha sugerido la posibilidad de que las autoridades deban cobrar el servicio de recolección de basura, para obligar al ciudadano a buscar alternativas: si clasifica mejor, tendrá menos que entregarle al camión y pagará menos.

En resumen: hay más basura y más dificultades para gestionarla, pero no más conciencia ni nuevos hábitos. El aviso de Guadalajara en el sentido de que revivirá su campaña, pues, podría significar una nueva oportunidad para autoridades, empresas y ciudadanos… pero también un posible nuevo fracaso mientras el reloj avanza.

CRONOLOGÍA

Cero y van cinco intentos en Guadalajara


Aunque hace exactamente un año el titular de la Dirección de Manejo de Residuos de Guadalajara, José Ignacio López Varela, anunció que iniciarían un programa de separación de residuos ese mes, el día nunca llegó y el proyecto de esta administración apenas será relanzado este año. Sin embargo, el secretario de Medio Ambiente y Ecología, Juan Carlos Vázquez Becerra, negó ayer que el programa tuviera lugar en ese entonces y mostró que desconocía la iniciativa: “En enero no recuerdo yo que se haya comentado algo”.

La norma oficial sobre la separación de los residuos en Jalisco entró en vigor el 20 de octubre de 2008; los ayuntamientos tuvieron seis meses de plazo para cumplirla.

2008


La Semades aprovecha el periodo de gracia de la norma para promover la separación y, en Guadalajara, los vecinos hacen los primeros esfuerzos.

2009

1 de enero: comienza el proyecto en la Zona Centro.

2010

15 de mayo: la secretaria municipal Magdalena Ruiz echa a andar el primer esfuerzo de su administración.

2012

Instalan proyectos piloto de separación como parte de un “plan maestro” de separación

2013

3 de enero: el director de Manejo de Residuos hace el anuncio; la administración no lo concreta.

LOS PUNTOS CLAVE

Las razones de un fracaso

REVOLTURA.
De 2008 y 2009 en adelante, numerosos municipios jaliscienses y colonias de la ZMG comenzaron a organizarse para la separación de basura. La novedad pronto se vio enfrentada con una realidad que desalentó a los vecinos: aunque la gente separara sus residuos en casa, los empleados de los camiones recolectores revolvían los desechos de nuevo. En enero de 2013, cuando el Ayuntamiento anunció el “relanzamiento” de la campaña, el director de Manejo de Residuos dijo que habría un acuerdo al respecto con la concesionaria del servicio, la empresa Caabsa. En marzo, dos meses después, el alcalde reconoció el fracaso y le echó la culpa a los recolectores: “Si la recolección no tiene un proceso de separación, de poco sirve que haya separación. Aquí tenemos que trabajar junto con la empresa para que valga la pena el esfuerzo que cada ciudadano hace”.

DINERO.
En 2013 sólo 40 de los 125 municipios de Jalisco impulsaban programas de prevención y gestión integral de residuos, es decir, plataformas para crear una cultura de la separación de la basura según la norma en la materia. La cifra fue presentada por la Secretaría de Medio Ambiente estatal, pero los municipios tenían su propia versión del asunto: faltan recursos e infraestructura para impulsar programas realmente efectivos. El director de Manejo de Residuos de Guadalajara, José López Varela, afirmó en mayo pasado que el Ayuntamiento buscaría proponer un impuesto a la basura para 2014. Mayra Enríquez, jefa de Aseo Público en Zapopan, lo explicaba así en la misma fecha: “Se necesitarían más de 200 millones de pesos para cambiar los compactadores de los camiones, cuando hay otro tipo de necesidades”.

NEGOCIO. Desde que los empleados recogen la basura de las casas hasta su destino final, todo es un negocio y no necesariamente favorece la adecuada clasificación de los residuos. Hay recolectores que van separando las bolsas para recuperar materiales que luego venden, hay empleados municipales que controlan los camiones y exigen la mayor parte de las propinas, hay encargados de los  tiraderos que se hacen de la vista gorda cuando los camiones se llevan basura reciclable en lugar de dejarla en el centro de transferencia (ver EL INFORMADOR, 07/ENE/2013)… El negocio del “oro sucio”, pues, no necesariamente está armonizado con los proyectos de las autoridades y los ciudadanos.

RECICLAJE. Ocho de cada 10 industrias y negocios tapatíos cumplen con clasificar sus residuos, de acuerdo con la Asociación de Profesionales en el Manejo de Residuos de Jalisco (EL INFORMADOR, 04/OCT/2013); los que incumplen son los gobiernos municipales, que no separan ni reciclan, ni mucho menos favorecen la recolección diferenciada. Según esa organización, menos de la décima parte de la basura tapatía se recicla, cuando hasta una tercera parte de los desechos podría reutilizarse.

CONFUSIÓN. ¿Hay que poner la basura en bolsas de colores? No, pero ayuda. ¿Vale la pena que saque las bolsas el domingo? No, hay que guardarlas en casa. Si mi vecino incumple, ¿tiene caso que yo sí me esfuerce? Claro que sí. Las preguntas parecían claras y las respuestas parecían sencillas, pero el hecho es que, durante los años de aplicación del programa estatal a partir de 2009, muchos habitantes de la ciudad se hicieron bolas con los métodos de separación y algunos de sus detalles (al mismo tiempo que algunos cuantos lo resolvían fácilmente) y no siempre tuvieron fácil acceso a la asesoría. Con el tiempo, muchos ciudadanos confesaron que se decepcionaron del proyecto y simplemente dejaron de contribuir.

PASO DOS.
  En 2008 y 2009 comenzó la gestión de residuos con la demanda de hacer separación primaria de la basura, es decir, clasificarla como orgánica, sanitaria e inorgánica. Pero también hay separación secundaria: clasificar la inorgánica en tipos como papel y cartón, metales, plásticos, “trapos” y textiles, vidrio y demás residuos inorgánicos de difícil reciclaje. Esto permite un control mucho más sencillo y provechoso de los residuos, incluyendo más reciclaje con menos costo. Aunque, formalmente, los municipios de Jalisco nunca comenzaron en realidad con esa etapa, numerosos espacios públicos, como algunas oficinas y sobre todo universidades, sí impulsaron ese siguiente paso.

LA CIFRA

7,591
toneladas de basura se generan a diario en Jalisco; 63% de ese total se produce en seis municipios: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco y Puerto Vallarta.

•  Ahualulco y el Simar, dos ejemplos de exportación
Desde 2009 fue quedando claro que pocos municipios cumplirían con la norma de separación de residuos, pero también fueron destacando las honrosas excepciones. Ahualulco de Mercado, un municipio con cerca de 22 mil habitantes, impulsó un exitoso programa municipal de separación de basura y reciclaje basado en involucrar a los ciudadanos y llegar a la separación secundaria: se capacitó a tres mil 700 estudiantes que luego visitaron cuatro mil 700 casas para transmitir lo aprendido. El municipio contrató dos camiones nuevos y acostumbró a los vecinos a que les dejaría la basura que no estuviera correctamente separada. Se abrieron nuevos empleos en los centros de acopio y se promovió la compraventa del material reciclado.

En pocos meses, Ahualulco pasó de generar 25 toneladas diarias de basura a sólo 18 toneladas. Había 95% de participación, aunque en 2013 el Ayuntamiento admitió que estaba bajando y se comprometió a reforzar la promoción del programa. Sobre todo porque el elemento más valioso era, precisamente, el cambio de cultura reflejado en la alta colaboración de los vecinos. Los funcionarios municipales subrayaban una idea que parecía muy lógica: el modelo era fácilmente exportable a municipios más grandes.

Otra experiencia positiva fue la del Simar (Sistema de Manejo Integral de Residuos región Sur Sureste), que involucró a nueve municipios como Mazamitla, Concepción de Buenos Aires y Tuxcueca para compartir esfuerzos de separación de basura y uso de los tiraderos disponibles.

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